jueves, 20 de agosto de 2015

Respiracion en el Yoga

El Yoga enseña a reciclar la energía negativa, producto del estrés y la tensión de la vida cotidiana, en energía positiva, por medio de la respiración, armonizando nuestra mente y nuestro cuerpo y haciendo más agradable y placentera la vida.

La respiración es una de las funciones principales de los organismos vivos, por medio de la cual se producen reacciones de oxidación que liberan energía, necesaria para el metabolismo.

Hay tres tipos básicos de respiración: clavicular (superficial), intercostal (media) y abdominal (profunda). La respiración yóguica completa combina las tres, comenzando con una inhalación profunda que se continúa después en la zona intercostal y finalmente en la clavicular.

La mayoría de las personas se han olvidado de la correcta manera de respirar. Hacen una respiración superficial, por la boca, y hacen poco o ningún uso del diafragma, ya sea porque levantan los hombros o porque contraen el abdomen cuando inhalan. De esta manera sólo se incorpora una pequeña cantidad de oxígeno, y no se usa más que por la parte superior de los pulmones, lo que da por resultado una carencia de vitalidad y una resistencia disminuida a las enfermedades.

La práctica del yoga exige de sus adeptos que inviertan estos hábitos. Respirar correctamente significa respirar por la nariz, manteniendo la boca cerrada, y pone en juego una inhalación y una exhalación completas, que hacen trabajar a los pulmones en su totalidad. Cuando se exhala, el abdomen se contrae y el diafragma sube, masajeando el corazón; al inhalar, el abdomen se expande y el diafragma desciende, y masajea los órganos abdominales.

Cinco métodos especiales de respirar 

Cada uno de los cinco métodos de respiración que describimos a continuación con sus objetivos específicos se pueden practicar para conseguir el desarrollo del desarrollo físico, mental y espiritual.

1. Respirar con el Tan-Den (Hara, el centro del abdomen): La respiración de fiscalización. Se debe respirar despacio y profundamente con el movimiento natural de la región Hara (la zona central del abdomen). Al inhalar despacio pero profundamente, el Tan-Den se llena de energía y la parte baja del abdomen se expande de forma natural. Al exhalar despacio pero profundamente la misma región se contrae en forma natural.

Se debe contener el aire unos segundos entre la inspiración y la espiración, y ésta última debería durar dos o varias veces más que la inspiración. La efectividad de esta técnica es la generación de energía física, estabilidad mental y confianza espiritual. El resultado es que le propio ser se afirma en la tierra y aprende a no ser influido por el medio cambiante. Este método también provoca un aumento de la temperatura corporal y acelera las funciones de digestión y circulación en todo el cuerpo, lo que conlleva un mejor estado de salud y mayor longevidad. La respiración, como práctica común para el desarrollo del desarrollo físico, mental y espiritual, se puede emplear de cinco modos distintos según la intensidad:

2. Respirar con la parte central del estómago: la respiración de poder. La respiración se hace con el movimiento natural de la zona del estómago. Al inspirar, el área de

Chu-Kan se expande naturalmente hacia fuera y al espirar se contrae. Entre la inspiración y la espiración, se debe contener la respiración durante algunos segundos. La duración de la espiración es ligeramente superior a la de la espiración.

Su efecto es el desarrollo de la resistencia, la paciencia, la tolerancia y, cuando la respiración se contiene más tiempo entre la inhalación y exhalación, también se intensifica la corriente energética en todo el cuerpo, de modo que el cuerpo se llena de lo que podríamos llamar poder espiritual: la energía electromagnética.

3. Respirar con la zona del corazón o la zona central de la parte superior del pecho:

La respiración de amor. Tanto la inspiración como la espiración son lentas y largas y se concentran el área del corazón o en la zona central de la parte superior del pecho. La duración de la inspiración es prácticamente igual a la de la espiración y no se debe contener la respiración entre la inspiración y la espiración.

Mentalmente produce una sensación de armonía y amor con todos los elementos del medio y las personas que nos rodean. También desarrolla la sensibilidad, la simpatía, el entendimiento y al comprensión.

4. Respirar con la zona de la garganta y la raíz lingual:

La respiración de la inteligencia. Esta técnica respiratoria tiene lugar en la región de la garganta y la base de la lengua y consiste en una inspiración fuerte y una espiración más suave. Al inhalar, el aire se concentra, se contiene en la zona de la garganta y la base de la lengua

durante algunos segundos y luego se libera. Desarrolla sentidos intensos que facilitan la concentración física y mental para con un objetivo concreto. Se acelera la concentración espiritual y se estimula la comprensión intelectual.

5. Respirar con la zona central del cerebro:

La respiración de espiritualización. Para esta técnica utilizamos la región central del cerebro, el eje interno de la cabeza. La inspiración se hace despacio pero intensamente, como si se quisiera respirar hacia la coronilla, con la sensación de alzar el cuerpo. La inspiración se hará suavemente y de forma continuada, prolongándola en mayor tiempo posible, y en el punto extremo se liberará el aire de repente pero con suavidad. La espiración debería hacerse hacia abajo en dirección a la boca.

Este método espiritualiza nuestra conciencia relativa hacia un campo más universal y sirve para abrir nuestra percepción a una dimensión sin límites, lo que incluye el entendimiento de acontecimientos que tiene lugar a distancia.

Estas técnicas se pueden utilizar libremente durante nuestra vida cotidiana: mientras estamos sentados, mientras trabajamos o actuamos o mientras estamos reunidos con otras personas.

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